Nuevos aires (Audrey)

Recuerdo del primer mensaje :

El viento soplaba con sutileza por las calles de Nueva York, ciudad terriblemente contaminada y llena de gente atareada que no se daba cuenta de todo lo que a su alrededor pasaba. El olor a demonio en esta ciudad era algo que solía sobreponia a los miles de humores que tanto humano despedía por ahí... aunque ellos, esos mundanos corrientes ni siquiera parecían percatarse de lo peligrosa que era su ciudad. Sin embargo al menos hoy el olor a demonio estaba demasiado atenuado, punto uno quizá por la batalla de la noche anterior y el portal que contenía a esos demonios roto temporalmente no podían hacer mucho ahora, pero sabía que quien fuera que los manejaba no se quedaría quieto aún pues por algo andaba trayendo demonios, aunque la mayoría eran de baja denominación. Pero bueno, un nefillim también tiene días en los que parece que no hay nada bueno que hacer y para mi suerte después de una batalla genial el día anterior hoy no tenía mi radar indicando malignidad ni algún plan. Era la verdad un tipo aburrido sin vida, pero... es que no conocía otra vida que no fuera luchar.

Estaba a unas calles de Taki's y pensaba seriamente en ir a comer algo, a fin de cuentas amaba comer y ya empezaba a ser hora de poder cenar... cenar parte uno quiza, pero era hora según yo. Iba por la calle con un glamour para no andar chocandome con mundanos estorbozos, aunque no llevaba mi ropa de batalla, sino un conjunto sencillo, el pelo alborotado y lentes obscuros... como si desvelado estuviera y quisiera ocultarlo... pero la verdad... me gustaba más usarlos, que otro motivo oculto.

La miré y levanté levemente lo hombros -Con honestidad, no pero no creo que solo haya dulces... o sí? debemos preguntar por ello- le dije mientras seguía el paso de ella, pues ella dictaba a donde ibamos... y a donde acabariamos comiendo postre. Luego incliné la cabeza y la miré haciendo boca de pato y levantando las cejas -Entonces te gusta de todo, no solo una cosa y me suena a que no te obsesiona la comida... que bien- por que las chicas que se obsesionaban con ella en el fondo daban miedo, mucho miedo.

Me reí y asentí -No te preocupes, el día esta bonito para andar caminando...- no estaba seguro bien si el día estaba bonito por que se empezaban a asomar nubes turbias, pero al menos aún no había indicios de lluvia y eso para mi lo hacia lindo y agradable. Además tenía el plus de tener compañía y de la mejor calidad luego la miré y enchuequé la boca -Con diferente ¿a qué te refieres precisamente?-

La miré y solo llevé mis ojos al cielo y asentí -De acuerdo no quiero morir como el gato- porqué decían que la curiosidad lo había matado ¿no?. Apreté un poco la mano de Audrey y dude si debía decir lo que quería pero si lo quería era mejor externarlo -De verdad... me alegra que te quedaras, me gusta que estes conmigo- uy dicho y sentenciado, a ver sino me había condenado ahora.

Me reí con su miau y luego sonreí complacido de escuchar lo que decía, era bueno saber que no había errado en decirle lo que quería y más aún era bueno saber que a ella le gustaba estar conmigo, aún después del incidente recién pasado. Tomé aire profundamente y cruce la casa mientras atendía el lugar parecía pequeño pero interesante -Es mundando ¿verdad?- le pregunté sin onda de superioridad, sino por qué a mi en lo personal me gustaba más su comida, ya que los nefillim no eramos tan excelentes cocineros, bueno los que yo conocía no.

La miré con interés cuando dijo que pensaba que la dueña era bruja y cuando ví a la dueña me quede analizando, hasta el punto donde uso la palabra novio para mi. Levanté una ceja y sonreí maliciosamente, mientras seguíamos a la señora al sitio 'de siempre' cuando nos dejo a solas con la carta, ya sentados en nuestros sitios, miré a Audrey con interés y pregunté -Parece que no te incomoda la idea de que yo sea tu novio ¿eso te gustaría?- ok ahora si me estaba pasando con mis preguntas pero... dios es que no lo podía resistir.

Me reí para mis adentros y asentí -No sé esa idea no me va, no me veo tan viejo para hacerla de tu padre o abuelo- le dije mientras mis ojos se posaban en la carta y leía los conjuntos de cafés -Pero sabes... la vida te da sorpresas... y nunca sabes nada en realidad- acto seguido, deje la carta y aprovechando el espacio moví mi silla para quedar junto a ella -Por ejemplo- comencé a decir mientras me acercaba a ella y pasaba mi brazo por el respaldo de su silla -Estoy muy seguro que no sabes que en realidad a mi me pareces una chica letalmente atractiva... que me fascinaron tus ojos desde el primer día que pisaste el instituto en Italia y la forma de tu sonrisa cuando corona tu rostro... apuesto que tampoco sabes que en realidad desde el día que adquirí una deuda contigo, también adquiriste de mi otras lealtades... y te lo juro en el nombre del Angel-

La miré con esa mirada de por favor, te lo estoy jurando en el nombre del Angel... para nosotros los nefilim no había un juramento más fuerte. -Es lo más serio que puedo declarar, por ahora- le comenté mientras mi mano se acercaba cautelosamente a su cabelo y subía por su hombro siguiendo el borde de su clavícula -Cuando me fui de Italia, solo puedo afirmar que odie una cosa, y fue la idea de dejar de verte a diario... no se si el Angel me tenía preparado esto pero... en verdad me has gustado desde siempre...- ¿yo estaba confesandole mis sentimientos en serio?... -y se que desaproveché mucho tiempo entonces, pero si ahora te pusieron de nuevo en mi camino no quiero cometer ese error otra vez-

Le sonreí y asi como estaba pase mi mano a su barbilla y acaricie con sauvidad su piel -Espero que no te arrepientas por qué esté aquí- me reí un poco y luego volví a mirar la carta, la verdad quería hacer algo más pero no sabía como se lo podía tomar Audrey por lo que prefería mostrarme concierta seguridad y control... -¿Y de este sitio que es lo que se puede pedir?- le pregunté aún con la sonrisita pícara en mi rostro.

Me quedé mirando con interés el menú, ladee un poco el rostro y me mordía los labios leyendo cada especialidad... al final no pude concluír nada todo sonaba bien... pero no estaba seguro como de que querer, luego entonces me recargue en la silla y suspire -¿Tú que piensas pedir?- y justo en ese momento a lo léjos miré a la señora que nos recibió acercarse con el menú -¿Si pedimos algo para dos? ¿No es mejor? ¿O si tienes antojo de dos pasteles tu pides un y yo otro...?- ok yo no me delataba con la actitud pero en mi hablar quiza se podría dar cuenta que estaba nervioso.

Me reí por lo de compartir y luego la miré con interés -Sabes que yo escogí la comida por ti... y la comiste aún sin que yo supiera si te gustaba o no... por lo que... te toca igualar las cosas ¿pides por mi?- le dije mientras ponía mi mejor cara de suplica pero sin poder reprimir cierta diversión en mi rostro. Es que no sabía si accedería a mi petición.

Miré a la señora que atendía y por mi mente paso la idea de usar un glamour para ver si era bruja en serio o no... pero no iba a empezar a hacer tonterías a esas horas ni en este momento. Miré cuando pedía y luego cuando nos quedamos solos de nuevo me volví a acomodar en la silla pero sin moverla, pues quería seguir cerca de ella -Ya veremos cuando traigan la comida- le dije mientras colocaba mis manos sobre la mesa y entrelazaba mis dedos -¿Y podemos hablar de que hemos hechos después del instituo... desde que somos adultos? ¿O es mito y no se ha de tocar?-

Me reí y negué -Tú eres un tramposa, yo te pregunte primero pero no tengo nada que ocultar...- le dije mientras la miraba e insinuaba que quizá por eso la chica andaba huyendo de decir y me cambiaba el turno pero la verdad, me gustaba hablar de mi un tanto... bueno mi lado alegre y presumido lo hacía... mi lado normal solo miraba a todos con odio -... Asi que te dire que bueno, quizá no lo sabes o sí pero yo estoy solo por el mundo, mi familia murió en batalla hace mucho y por eso acabe en el instituto cuando fui mayor de edad regrese a Idris, me querían quitar mi casa, bueno la de mis padres porque decían que no era algo que un huérfano ocupara, y que yo debía obedecer, pero me enfrente a la clave y pedí revisaran mi caso, al final accedieron a dejarme mi propiedad y me mude ahí. Fue complicado al principio porque pues, bueno no había estado ahí desde que me quedé sin mis hermanas, y aunque yo reclamé por ese sitio casi no estoy ahí me he puesto a conocer un poco más de los mundis... por ejemplo estuve de los 18 a los 21 en Londres, hermoso sitio he de decir pero igual de plagado de brujitos novatos que convocan demonios y se les van de las manos... me enamore del lugar y por eso no me moví pero hace un año ya que ando provando las delicias de este lado del mundo y su continente...-